DISEÑO

El Diseño o la forma de un producto pueden ser un sinónimo de la marca y de la imagen de una empresa y convertirse en un activo con valor económico que puede ir en aumento. Si no se solicita la protección, otros pueden aprovecharse de las inversiones efectuadas para su obtención.

El Diseño se define como la apariencia de la totalidad o de una parte de un producto que se derive de las características de, en particular, las líneas, contornos, colores, forma, textura o materiales del producto en sí o de su ornamentación.

Al proteger un diseño industrial mediante su registro el titular obtiene los derechos exclusivos de impedir su reproducción o imitación no autorizada por parte de terceros. Ejemplos de Diseño son: la forma de un jarrón, de una silla, de un juguete, de un electrodoméstico, y también el estampado de una corbata, de una vajilla, la ornamentación de una pieza de cerámica, las figuras de una baraja de naipes, etc.

Su duración es de 5 años, renovables por períodos iguales hasta un máximo de 25 años.

En el ámbito de la Unión Europea, al igual que sucede con la marca comunitaria, está el DISEÑO COMUNITARIO. El sistema comunitario de protección del Diseño Industrial supone la aplicación de una legislación única, al mismo tiempo que ofrece una protección sólida y uniforme en toda la Unión Europea, encomendándose su vigilancia a la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO).

Sus costes son muy razonables si se comparan con el que corresponde al registro nacional en todos los países de la Unión Europea.