Patente


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PATENTE


La patente es aquella modalidad de la Propiedad Industrial que protege las invenciones y viene a ser, por un lado, una compensación que recibe el inventor por el servicio que presta a la comunidad con la divulgación de su invención, y por otro, una retribución de los esfuerzos económicos, promoviendo el desarrollo económico del país a través del progreso tecnológico que supone la innovación.

Si se ha desarrollado un producto o un proceso nuevos, debe tenerse en cuenta la opción de patentar y considerarla una parte de la estrategia del negocio.

Es patentable toda invención nueva que implique una actividad inventiva y sea susceptible de aplicación industrial.

La característica de la novedad es esencial y se considera como tal aquella invención que no esté comprendida en el estado de la técnica, es decir, si antes de la fecha de solicitud de la patente no es conocida ni se ha hecho accesible al público en España o en el extranjero por una descripción oral u escrita, por una utilización o por cualquier otro medio.

Se entiende que existe la actividad inventiva si la invención no resulta del estado de la técnica de una manera evidente para un experto en la materia.

La aplicación industrial de una invención existe cuando el objeto de la misma puede ser fabricado o utilizado en cualquier tipo de industria.

La Patente de Invención se concede por veinte años improrrogables contados a partir de la fecha de su solicitud, pero produce sus efectos desde el día que se publica su concesión. Su mantenimiento en vigor está sujeto al pago de tasas anuales y su ámbito de protección se extiende a todo el territorio nacional.

La Patente Europea consiste en un sistema para obtener protección de una invención en varios países europeos integrantes del Convenio Europeo de Patentes, a través de una solicitud y tramitación únicos, que dan origen, una vez concedida la Patente Europea, a tantas patentes nacionales como países designados, quedando sometida cada una de ellas a la legislación nacional correspondiente.

El sistema de Patente Internacional (PCT) permite solicitar protección para una invención en cada uno de los Estados que son parte del Tratado Internacional de Cooperación en Materia de Patentes, mediante una única solicitud, a la vez que supone una unificación de trámites, sustituyendo la tramitación país por país y un abaratamiento de costes.